Pensar demasiado las cosas

Segundo paso: La bola de papel

El siguiente paso cuando tenemos el problema de pensar demasiado las cosas, consiste en deshacerse físicamente para ayudar a deshacernos de ello mentalmente. Para esto hay que volver a ponerse un temporizador otros 5 a 10 minutos y escribir los pensamientos y expresar los sentimientos al papel. Cuanto más escribamos y más precisos seamos, mejor. Es decir, intentar ponerlo todo.

Seguidamente leerlo todo y ver si se siente aliviado al haber plasmado todo en el papel.

Una vez vemos que estamos seguros de que hemos plasmado todo, hay que arrugar el papel convirtiéndolo en una bola y lo tiramos a la basura. De esta forma visual y físicamente ayudamos a sentir a nuestro cerebro que los pensamientos de preocupación se han tirado.

En este momento, deberíamos habernos desecho del oso blanco. Si le vuelve el pensamiento, recuerde la tranquilidad y alivio que experimentó al ver todo escrito y también recordar que lo tiramos físicamente a la basura.

Tercer paso: Reemplazar los pensamientos negativos por otros positivos

El síndrome del impostor, que a menudo se llama síndrome del fraude, es un trastorno en el que las personas de éxito son incapaces de asimilar sus logros.

Las personas que consiguen muchos triunfos suelen sufrir este síndrome que no tiene que ver con la baja autoestima o falta de confianza, considerándose impostores y no merecedores de los éxitos.

Con este síndrome los pensamientos son:·

  • Lo que he hecho ha sido por casualidad
  • No soy suficientemente bueno para ser CEO
  • No hablo bien en público
  • No me merezco este éxito

Para vencer estos auto-diálogos negativos tenemos que sustituirlos por pensamientos positivos. Por ello y para evitar el efecto del “oso blanco” no intentemos dejar de pensar, sino que hay que sustituirlos por otros.

Para esto dígase a sí mismo de manera frecuente:

  • Lo he hecho bien y por eso ha funcionado
  • Soy muy bueno como CEO
  • Soy un buen orador en público
  • Me merezco lo que he conseguido

Para esto mi recomendación es realizar una lista de pensamientos positivos sobre nosotros mismos y leerla con frecuencia, visualizándola como si fuera cierto. De esta forma los diálogos internos positivos reemplazan a los negativos.

Cuarto paso de pensar demasiado las cosas: Lo voy a hacer

El cuarto paso consiste en visualizar los éxitos del pasado. Da igual que se refiera a éxitos deportivos, comentarios buenos recibidos, buenas notas o una promoción laboral.

A menudo pensamos demasiado porque tenemos miedo a no estar a la altura de los éxitos conseguidos en el pasado. O incluso de lo que los demás esperan de nosotros. Para vencer los pensamientos excesivos debidos a esta causa, lo primero es pensar que es una oportunidad y tarea distinta. Y para impulsar este cambio de forma de pensar, diremos mentalmente: “lo voy a hacer” o “lo voy a conseguir”.

Quinto paso de pensar demasiado las cosas: Trabajar con los miedos

El miedo es necesario, aunque incómodo. El miedo nos ayuda a estar alerta frente a las decisiones y circunstancias peligrosas. Pero hay que trabajar con los miedos que sentimos.

No hay que deshacerse de los miedos, el miedo es como una alarma. Debemos escucharla. Pero una alarma no decide. Decidimos nosotros. Tenemos que escuchar al miedo, pero no podemos dejar que se imponga en nuestras decisiones.

Sexto paso: Poner fecha límite

Cualquier tarea, en general, nuestro cerebro la expande hasta llenar el tiempo que falta hasta su finalización. Es decir, si se dispone de 15 días para terminarla, es muy probable que se termine justo al final. Sin embargo, si le hubiéramos dado de plazo una semana, también la habríamos terminado en ese plazo. Pues bien, esto mismo es lo que pasa con los pensamientos excesivos.

Y esto también funciona al revés. Es decir, que el trabajo se reduce para ser capaces de alcanzar los plazos.

En un pensamiento excesivo, si nos ponemos un plazo de toma de decisión, o de consideración, a partir de la cual ya no vamos a pensar más, nuestro cerebro reducirá el pensamiento y las involucraciones para terminar la tarea.