Los 9 cambios que vendrán en la nueva normalidad
Vamos a tener una nueva normalidad. La pandemia del covid-19, ha creado grandes cambios en el estilo de vida mundial. Desde los confinamientos, hasta los aumentos de poder de los gobiernos, pasando por nuevas costumbres, el covid-19 ha venido para acelerar tendencias que ya venían dándose o para crear nuevos hábitos y órdenes de funcionamiento.
Es difícil adivinar lo que va a ocurrir, pero a mi entender nos vamos a encontrar con situaciones nuevas, como las que describo a continuación:
1.- Exhaustivo control de capitales en la nueva normalidad.
La tendencia al control de los capitales para controlar la corrupción, que hasta ahora ha venido dándose sobre todo en los grandes movimientos bancarios y en específico a los movimientos internacionales, se extenderá a movimientos de capitales pequeños o incluso a pequeñas transacciones. La desaparición del dinero en efectivo para llevarlo a los pagos por medios digitales sin contacto, llevarán a un control de las operaciones por parte de los gobiernos aún mayor. Las economías sumergidas se intentarán controlar por parte de los gobiernos por las necesidades de estos de equilibrar sus balances con un control y aumento impositivo importante. Esto dará aún mayor poder a las entidades financieras, lo que les ayudará a salir adelante en la crisis que se verá dañada por la pérdida del valor de sus activos.
2.- Mayor control de los ciudadanos.
La idea liberal de que el poder de los gobiernos está para dar servicio a los ciudadanos, se perjudicará con la tendencia a que es el gobierno quien gracias a su control consigue la supervivencia y mantenimiento de la sociedad.
De ahí a la tentación de perpetuar algunas de las normas que se han utilizado en el control de la epidemia, hasta la fecha en muchos gobiernos, como los estados de alarma u otros sistemas que otorgan más poder al estado sobre el individuo. Especialmente los gobiernos de ideologías no liberales, serán los más tendentes a incrementar su control e incluso a utilizar la pandemia para volcar a la sociedad hacia su modelo de estado controlador.
También la tecnología con los controles de las comunicaciones y las ubicaciones, pudiera dar lugar a nuevas tentaciones controladoras, frenando la libertad de los individuos. El propio miedo puede llevar igualmente a los ciudadanos más proclives a actuar de controladores de los otros ciudadanos en libertades que pudieran desaparecer en aras a un nuevo “bien común ideológico”.
3.- Contar historias.
El nuevo manejo de los medios públicos, algunos subvencionados por los gobiernos para apoyar sus ideologías, ha cambiado. Los estados han tenido mucho tiempo a los ciudadanos consumiendo televisión en la que las historias han funcionado como medio de propaganda. Por ejemplo el intento de convertir a los sanitarios y personal auxiliar en héroes, cuando ellos no quieren ser héroes sino ciudadanos bien tratados y protegidos, con campañas como los aplausos en los balcones. O las pequeñas historias de personas dadas de alta con pasillos de sanitarios aplaudiéndoles. O los enfrentamientos de unos ciudadanos contra otros resueltos por las fuerzas del gobierno.
Todo ello son formas de comunicación por historias que quitan fuerza al gran hecho ocurrido, causado por el elevado número de muertes, desprotección de los ciudadanos entre ellos los sanitarios, conserjes, policías, guardia civil, trabajadores privados, y otros. Pero las historias tienen más poder de comunicación que los datos. Igualmente se utilizan también las historias para atacar al contrario político, teniendo más importancia una foto o un apartamento que los miles de muertos o la falta de medios de protección.
4.- El tele-trabajo en la nueva normalidad.
Las empresas se han visto obligadas a realizar tele-trabajo, y a muchas les ha gustado. El tele-trabajador trabaja más horas desde casa en general, ahorrándose tiempo en desplazamientos y mezclando su vida personal con el trabajo. Muchas personas comen en media hora y vuelven a trabajar, e incluso algunas comen mientras tele-trabajan. A esto se le añade que la jornada laboral prácticamente no tiene fin y se ha validado la posibilidad de contactar a cualquier hora. La propia vuelta a la nueva normalidad hará que el mantenimiento de las distancias sociales en las oficinas y en los transportes lleve a que esta fórmula se implante en muchas empresas al menos en un porcentaje de los empleados.
5.-El on-line.
Las compras on-line, las firmas digitales, las videoconferencias, ha hecho que la gente se acostumbre a ello y en muchos casos han tenido un aprendizaje acelerado por parte de muchos ciudadanos. También muchas empresas han acelerado la entrada en la tecnología, como las cartas de restaurantes en el móvil del cliente, el control de los aforos electrónicos, los alquileres de pisos virtuales y otros. Las ventas on-line se verán beneficiadas además por la inteligencia artificial y el gran control que existirá sobre los individuos gracias al pago por medios electrónicos y al control de la población.
6.- La disminución de la clase media.
El gran impacto económico de esta crisis y las dificultades de gestión en el futuro, hará que la clase media disminuya. Esta clase media está conformada por muchos autónomos y PYMES a quienes no se ha apoyado, en gran parte por apoyar los derechos de los propietarios en el acuerdo del alquiler por parte del estado. También por unidades familiares de todo tipo en las que trabajaban varios miembros de la pareja y que ahora en muchas se habrá perdido uno o los dos empleos. Este sistema de supervivencia irá desgastándose por el no apoyo gubernamental y permanecerán como clase media aquellos trabajadores que sobrevivan gracias al estado. Especialmente grave será cuando el estado incremente sus impuestos a las PYMES y autónomos para poder alimentar el gasto del estado. En aquellos estados que tengan apetito totalitario, las empresas estarán más participadas, intervenidas o controladas.
7.- Incremento de la robotización en detrimento del empleo.
Los robots no se ponen enfermos, no tienen medidas de confinamiento y son capaces de producir 24h, 365 días al año. Esta crisis llevará, a que los empresarios que sobrevivan, incrementen los sistemas productivos basados en la robotización. Este mismo efecto aumentará los niveles de pobreza y de paro de la clase media.
8.- La disminución del valor de los alquileres en la nueva normalidad.
Precisamente el deterioro de la clase media, llevará a la disminución de los alquileres, por la imposibilidad de los arrendatarios de poder pagarlos. Aunque el gobierno tomó partido por los arrendadores, existirá un efecto rebote que afectará a los alquileres, precisamente por el gran número de PYMES y autónomos que desaparecerán por no poder pagar los alquileres durante el proceso hasta que se alcance la nueva normalidad, y que puede alcanzar hasta la existencia de una vacuna.
9.- Incremento del out-sourcing y los contratos variables.
Las empresas han aprendido cómo los gobiernos protegen al empleo por encima de los empresarios, especialmente en países con ideologías determinadas. Esto a la larga perjudica a la supervivencia de las empresas que muchas quebrarán. Las nuevas empresas que surjan y las que sobrevivan, aprenderán a no tener estructuras laborales fijas en las empresas sino a subcontratar para evitar crisis futuras. Por otra parte las empresas apostarán por perfiles más orientados a la generación de consumo y la venta. Perfiles como responsables de marketing, personal de ventas, así como aquellos con habilidades en comunicación, visión, gestión de equipos y liderazgo, capaces de sacar a sus empresas adelante. En gran parte se realizará “upskilling y reskilling” con importante inversión en formación en estas áreas.