Creencias limitadoras
En coaching, basta algunas veces con ser capaz de expresar las creencias limitadoras y prever sus efectos para que el cliente las cambie y con ello mejore su propia realidad.
Las creencias limitadoras son las principales culpables de que las personas no alcancen los objetivos y vivan sus propios valores. Se pueden identificar claramente cuando el coach pregunta: ¿Qué te impide alcanzar tu objetivo?
Algunas creencias limitadoras típicas:
- Tengo que trabajar mucho para ganar dinero y poder vivir
- Sin esfuerzo y sufrimiento no hay beneficio
- Para ser feliz hay que tener mucho dinero
- El éxito requiere tiempo y constancia
- No puedes fiarte de nadie
- La gente tiene suerte, yo no
- Solo triunfa el que tiene dinero
- No puedo con los ordenadores
- No puedo prescindir de este trabajo. Cambiar es imposible
- No puedo majorar sin pisar a otros
- Nunca consigo lo que quiero
- La vida es dura
- He llegado a mi límite
El primer paso consiste en que el cliente del coach se dé cuenta de que tiene autoimpuestas estas u otro tipo de creencias limitadoras.
En general, para que el cliente o nosotros mismos alcancemos los objetivos, debemos creer en tres cosas:
- Posibilidad: el objetivo es alcanzable
- Capacidad: somos capaces de alcanzarlo
- Merecimiento: nos merecemos conseguirlo
Para ello trabajaremos en las tres áreas corrigiendo sus autodiálogos (PNL), su nivel de activación, etc. Las creencias nuevas han de estar encaminadas a las del coaching:
- Si quieres comprender, actúa
- No hay fracaso, tan solo aprendizaje
- Tenemos todos los recursos que necesitamos o podemos crearlos
- Todo comportamiento tiene un propósito
- Tener alguna opción es mejor que no tener ninguna
- Lo estás haciendo lo mejor posible
- Creamos nuestra propia realidad
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