Cómo hacer buenas presentaciones
Hacer buenas presentaciones en una habilidad profesional en la que los directivos se juegan gran parte de su éxito.
Las presentaciones son una herramienta esencial para comunicar ideas, proyectos y resultados en cualquier ámbito, además de servir también de motivación y coordinación. Tanto profesionalmente como en el ámbito académico, las presentaciones son momentos en las que el presentador está generalmente públicamente visible y por tanto, el impacto en su imagen será importante. Sin embargo, muchas veces no se le da la importancia que tienen tanto por el impacto en la imagen personal como el impacto que genera en la organización. De hecho, la mayoría de las personas no se las preparan suficientemente o tienen dificultades para presentar de manera efectiva.
En este artículo, hablaremos de algunos elementos que pueden ayudar a mejorar la habilidad de presentar.
Conocer al público y sus intereses
Para hacer buenas presentaciones, hay que comenzar preparando una presentación que esté dirigido a la audiencia. Algunas preguntas claves que deberíamos hacernos son:
¿Quiénes son los oyentes?
¿Cuál es su nivel de conocimiento sobre el tema?
¿Qué esperan obtener de la presentación?
¿Qué puntos clave o datos necesitan para su trabajo, conocimiento o toma de decisiones?
Las respuestas a estas preguntas deben incorporarse como guion para hacer la presentación para el público específico.
Hacer buenas presentaciones necesita crear una buena estructura
Una buena efectiva debe tener una estructura clara y coherente. La presentación debe tener una introducción que desde el principio aclare qué temas se van a tratar. La introducción debe captar la atención del público, presentar el tema y establecer los objetivos de la presentación. Además, deberá ir introduciendo contrastes que capten la atención sobre los puntos clave. Por tanto, deberá presentar los detalles del tema y proporcionar ejemplos y evidencia para apoyar los argumentos. Y deberá estar orientada a dar conocimiento y no exclusivamente a comunicar datos. Y unas diapos que sean sugerentes, claras y legibles y que no compitan con lo que comenta el presentador y que conduzca a la audiencia.
El lenguaje corporal y el tono
Utilizar el lenguaje corporal: El lenguaje corporal es una herramienta poderosa en la presentación. En una presentación, lo que se dice impacta a la audiencia en un escaso 7%, mientras que el lenguaje corporal y el tono de voz son las que ayudan a comunicar el estado de ánimo y modifica cómo se recibe el mensaje. El presentador debe mantener una postura abierta y una mirada directa al público. Los gestos deben ser naturales y utilizados de manera efectiva para enfatizar los puntos principales de la presentación. Y el tono acorde con lo que queremos comunicar.
Las diapositivas y las ayudas audiovisuales
Las diapositivas y los medios audiovisuales o las presentaciones de producto real, son una herramienta efectiva para apoyar la presentación. Las ayudas visuales, imágenes y videos pueden ayudar a ilustrar los puntos principales y hacer la presentación más interesante y atractiva. Ojo con no cargar las diapositivas con demasiado texto, al producir dispersión de la atención y cansancio.
Practicar, practicar, practicar
La práctica es esencial para una presentación efectiva. Es importante practicar la presentación varias veces antes de realizar la presentación final. Esto permitirá al orador familiarizarse con el contenido de la presentación y reducir el nerviosismo. Conocer bien la presentación y su orden da una seguridad a quien presenta que al final proyecta a los demás, comunicando profesionalidad, conocimiento, dominio…
Realizar contrastes
Nada más aburrido e ineficiente desde el punto de vista comunicativo como realizar una presentación plana y monótona. Se pueden hacer muchas cosas para generar estos contrastes. Veamos algunas:
Utilizar el humor: El humor puede ser utilizado efectivamente en una presentación para aliviar la tensión y hacer la presentación más interesante.
Realizar silencios para captar la atención.
Realizar preguntas a la audiencia
Introducir materiales o medios audiovisuales como vídeos
Ser conciso y claro
Una presentación efectiva debe ser concisa y clara. Evitar el aburrimiento, los detalles innecesarios, las justificaciones excesivas. Es importante también evitar lenguaje excesivamente técnico o complejo. La técnica de hacer buenas presentaciones pasa necesariamente por utilizar un lenguaje sencillo y directo. El presentador, además, deberá enfocarse en los puntos principales de la presentación y evitar divagar.
Responder preguntas con respuestas orientadas y de manera eficiente
Las preguntas pueden surgir al final de la presentación y cada vez más a menudo, durante la misma. Es importante responder las preguntas de manera clara y concisa. Si no conocemos la respuesta, es mejor admitirlo y prometer estudiar el tema en una fecha posterior.
En los cursos de técnicas de presentación se practica todas estas habilidades utilizando herramientas precisas para la máxima eficiencia comunicativa.