Reglas en la resolución de conflictos
Como en toda resolución de problemas se pueden utilizar metodologías que ayuden al éxito de cualquier tipo de actividad. las reglas en la resolución de conflictos, que podemos definir en:
Índice
Primera regla en la resolución de conflictos
Admitir que los conflictos en general pueden ser útiles. En lugar de entrar con desesperación a la negociación o discusión del conflicto, aceptar que los conflictos mueven muchas veces a las soluciones y a realizar acciones. Por tanto los conflictos son muchas veces dinamizadores que se han torcido y que se han vuelto negativos. No entremos en la resolución del conflicto mostrando desesperación, angustia o enfado. Mostrémonos frente al otro interlocutor convencidos de que si se colabora por parte de todos, el conflicto puede resolverse.
Segunda de las reglas en la resolución de conflictos
Durante la negociación del conflicto deberemos prestar la atención al problema creado y no a la confrontación entre las personas. Es muy normal que al intentar resolver el conflicto nos centremos en nosotros mismos y en el otro interlocutor. Después también es frecuente que empecemos a realizar valoraciones personales sobre el otro interlocutor introduciendo elementos sobre su conducta y juzgando la misma. Tengamos en cuenta que el objetivo de la reunión para resolver los conflictos es resolverlos, llegar a acuerdos futuros, no a demostrar las malas actuaciones de la otra parte.
Tercera: reglas en la resolución de conflictos
Recordar que el pasado ya no tiene solución. Si nos enfocamos en los elementos que aún se pueden modificar a futuro y especialmente en los concretos, habremos dado un gran paso en la resolución de cualquier conflicto. Tengamos en cuenta que en una discusión o negociación de un conflicto existen dos posturas básicas:
1.- La primera consiste en centrarse en la afiliación de la persona, es decir en las opiniones de cada uno, en los sentimientos personales y las emociones. Cuando se enfoca el conflicto de esta forma se incrementan al máximo las actitudes defensivas y se centra la conversación, en vez de intentar arreglar el conflicto, en intentar demostrar quién es el que ha sido el más ofendido. Cuando se entra en este tipo de discusión la personas se vuelven defensivas y lo que se intenta es destrozar al otro interlocutor.
2.- La segunda consiste en centrarse en la solución del problema fijándose este como objetivo. Esta postura busca trabajar sobre hechos concretos y específicos que sean capaces de resolver las diferencias entre ambos interlocutores. Se evitan las interpretaciones personales y los juicios e intentando descubrir los hechos que han ocurrido que pueden ocurrir de manera futura en lugar de entrar a juzgar las actuaciones del otro interlocutor. Para trabajar de esta forma en la resolución del conflicto, deberemos ser específicos en los comentarios y trabajar y expresar datos concretos no vaguedades o generalidades. Por tanto antes de hablar que debemos pensar si lo que se va a comentar sirve o no para resolver el conflicto, si es una opinión personal y por tanto no debe de ser mencionada, si es un resentimiento, o una crítica no constructiva. Deberemos comunicar con hechos que puedan ser comprobables por otras personas o basadas en conversaciones mantenidas con nuestro interlocutor en el conflicto y aceptadas por los dos como ciertas. Además se evitará cualquier tipo de crítica personal.
Cuarta regla en la resolución de conflictos
Evitar evaluar los comentarios de otro interlocutor en el conflicto de manera prematura. En muchas negociaciones de conflictos se suelen realizar propuestas para resolver las diferencias. Si, según las están haciendo nuestros interlocutores las estamos invalidando, rechazando o criticando, el conflicto es muy posible que se agrave creando nuevos resentimientos. Tengamos en cuenta que un conflicto las soluciones basadas en promedios o en votaciones no son válidas para todos. La única forma de resolverlo de manera adecuada es por acuerdo de ambas partes.
Quinta regla en la resolución de conflictos
No simplifique los acuerdos una vez realizada la reunión. En el acuerdo deberán contemplarse todos los puntos, no simplifiquemos fijándonos exclusivamente en los más grandes o los que más los acepten nosotros. Es muy posible la recreación de un conflicto después de un resumen de los acuerdos parcial e incompleto. Recoja además las diferentes opiniones o corrientes de todos los participantes en la negociación del conflicto. Si uno de los participantes se siente excluido, es muy probable que “dinamite” dichos acuerdos.